domingo, 28 de enero de 2018

Carballo Calero y As Letras Galegas

La explicación más repetida de por qué no se le ha dedicado, ni se le dedicará, el Día das Letras Galegas a la enorme figura del intelectual galeguista, lingüista y escritor ferrolano Ricardo Carballo Calero es la de que era partidario de la norma reintegracionista. Por ejemplo, Teresa Barro en su artículo publicado el pasado año, Carvalho Calero e as letras galegas, se expresa en este sentido señalando que:

"A Real Academia Galega está actuando como se non entendese que unha normativa non pode virar unha dogmativa, que normas e dogmas non son a mesma cousa e que as normas sempre se poden mudar e cuestionar porque non hai nengunha verdade ¨relixiosa¨ por detrás delas. Pensar que un determinado enfoque e unha determinada normativa da língua galega son sagrados e non se poden nen discutir é mais proprio dunha secta que dunha institución que non pode estar para dictar, expulsar, proclamar dogmas e aupar santos. E moito menos para perxudicar a Galiza con comportamentos que a deshonran e a fan parecer atrasada".

A mí, sin embargo, la explicación del desprecio a la figura de Carballo Calero por ser valedor del reintegracionismo no me sirve. Principalmente porque no es un argumento que sostendría ningún lingüista, no es un argumento científico. Así, entiendo que la alusión al reintegracionismo es una excusa, una mentira repetida hasta la saciedad como tapadera de lo que podría ser el verdadero motivo, pues la verdadera razón difícilmente se podrá enunciar por parte de la RAG sin poder evitar traslucir un enorme rencor hacia el ferrolano.

En una entrevista realizada en 1987 Carballo Calero manifestaba que "os que representaron un papel fundamental na restauración galeguista foron aqueles que por ter servido no exército de Franco estaban considerados entre os menos desafectos ao réximen". Esta importantísima constatación es objeto de varios comentarios por parte de Xesús Alonso Montero, actual presidente de la Real Academia Galega. Primero se pregunta qué quiere decir exactamente Carballo Calero, aunque está muy claro, demasiado, y las verdades duelen, sobre todo cuando se dicen sin atenuación ni piedad, a la brava. Alonso Montero continúa comentando que tras publicarse la entrevista Carballo Calero llamó a Ramón Piñeiro, uno de los afectos al franquismo, para aclararle que el entrevistador no había sido totalmente fiel al reproducir su discurso. Pero a pesar de este gesto humano, en nota Alonso Montero pone punto final y confirma la damnatio memoriae de Ricardo Carballo Calero alegando que "tamén consta que Carballo non rectificou despois".("Carballo Calero e algúns dos seus camaradas na Guerra Civil: vida e literarura", Estudos dedicados a Carballo Calero, 2000).

En resumen, no se puede esperar que después de haber llamado franquistas o, de forma atenuada, "menos desafectos ao réxime" a los galeguistas de la restauración, vengan los mismos o sus continuadores institucionales a dedicarte el Día das Letras Galegas. El rencor puede ser muy duradero.

No hay comentarios: