sábado, 21 de octubre de 2017

El baño de las ánimas y el sitio del Purgatorio

Santa Mariña de Aguas Santas padeció martirio en la sauna castreña de Armeá y de ahí pasó directamente al Cielo, mientras que Santa Catalina de Siena solía tomar las aguas caldas de Bagno Vignoni aproximándose mucho al chorro para escaldarse y experimentar así los tormentos del Infierno. Y cuando Germano, obispo de Capua, fue a la casa de baños llamada Sudatoria, en Pozzuoli (Stufe di San Germano, Agnano) se encontró con el fantasma de San Pascasio purgando sus pecados entre los vapores.


Cualquiera diría que esta ilustración representa el Purgatorio, con el baño de las almas en agua hirviendo y dos oscuros demonios avivando el fuego infernal manejando sendos fuelles. En realidad la miniatura ilustra un baño termal sulfuroso de Pozzuoli en la obra De balneis Puteolanis de Petri de Ebulo (s. XI), copia del siglo XIV en la Biblioteca Nacional de Francia: Carmen Elegiacum de Balneis Puteolanis.

La miniatura precedente es asombrosamente parecida a la representación del Purgatorio en las pinturas del templo de Labrada (Guitiriz).


Purgatorio de Labrada. (C) Dolores González de la Peña

El tema clásico y pagano que conecta el nacimiento de los manantiales termales salutíferos y lustrales con el inframundo o la entrada del Hades, el Averno, ha sido transferido al cristianismo como Purgatorio, la antesala del Infierno. Pero en la transferencia se conservan todos los elementos originales: la topografía del territorio mítico, los procedimientos (el baño en aguas caldas, en aguas frigidísimas, en sulfurosas, etc.) y el objetivo de adquirir la salus, la curación o salvación.

Dice el proemio de la obrita de De Ebulo dedicada a las aguas termales, que de estas aguas hirvientes del río infernal Flegetonte, en las que son castigados los difuntos, de estos tormentos, proviene la salus, salvación o curación. Es un fragmento importantísimo que convendría analizar en detalle pues arroja luz sobre la ubicación en los nacientes termales del sitio del Purgatorio. De él se desprende el origen del Purgatorio cristiano a partir de un tema pagano muy anterior, presente no sólo en el mundo clásico (Eneida, topografía fluvial del Infierno en I. VI) sino también, probablemente, en otras culturas que practicaron el baño lustral y purificador. De aquí saltamos, entonces, al mundo celto-atlántico en donde retomamos el martirio de Santa Mariña en la sauna castreña de Armeá; también para Eileen Gardiner el lugar del Purgatorio de San Patricio en Irlanda, una cueva que conectaba con el Infierno, no sería otro que una de las numerosas saunas o sweat houses que existen en el condado de Donegal ("Hell, Purgatory and Heaven").


Sauna o sweat house en Cavan Burren Park. (C) Dolores González de la Peña.


El primer testimonio gallego de la utilización de las caldas como Purgatorio data del año 996: en el leemos que un matrimonio de Lugo fue condenado a purgar el hurto que cometieron en casa de un presbítero, en el río Miño "ad illas Caldas" (mss/18387 de la BNE, f. 239 v.), es decir, en los baños romanos de Lugo. Se trata, por lo que parece, de una variante de la pena caldaria (1).

(1) Mito, rito e memoria do balneario de Lugo, de A. Reigosa.

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