lunes, 25 de febrero de 2013

Campos de juego - campos de batalla

Ya hemos dedicado alguna entrada de este blog a los topónimos motivados por la ¿falsa? creencia popular de que en aquellos lugares, todos ellos con evidentes restos arqueológicos, se entretenían nuestros antepasados o razas extintas jugando o bailando: Juego de la Pelota, Bolera de los Moros, Chorea Gigantum (baile en corro de los gigantes), Pena Escorregadoira, etc.

El frecuentísimo topónimo irlandés Fullacht Fiadh nos es conocido por los mapas de la Ordnance Survey, que meten más la pata que los de la Wikipedia con la toponimia gallega. En estos mapas, aunque cada vez más precisos, tienden a escribirse a la inglesa los nombres gaélicos, de forma que, por poner el ejemplo más increíble, unas Sliabh Grian [eslíb grin], que en gaélico son "colinas orientadas al sol", se transformarían en unas mangas verdes, como las de la composición musical Green Sleeves [grin eslíbs]. Quiero decir con esto, que intentar reconstruir el verdadero topónimo que nos ha llegado a través del pálido reflejo de la Ordnance Survey es bastante complicado. Ni siquiera con el auxilio de las prospecciones arqueológicas que se han realizado en estos sitios, pues los expertos no se ponen de acuerdo en si se utilizaban como saunas o baños, lugar de celebración de una suerte de parrilladas comunales, o como escondite (folach) de los guerreros Fianna.

En The games & diversions of Argyleshire de Robert Craigh Maclagan se describe el juego del escondite escocés, que se denomina Falach Fead o Folach Fead, cuya pronunciación coincide con la de los Fullacht Fiadh desperdigados por varios puntos de los mapas de Irlanda de la Ordnance. Antes de comenzarlo, es indispensable trazar un campo circular o cailleach, un espacio marcado donde se desarrolla el juego. Es posible que al paisano irlandés que viese estas construcciones circulares le pareciesen campos de juego, por ejemplo para jugar al escondite, de ahí la denominación.

Campo del Juego del Escondite o Folach Fead de Dromberg.

Pero también es posible que los cromlechs fuesen realmente campos de juego. En fin, como nada une más a los hombres que el fútbol, tener el estadio mayor que el vecino, y el equipo de campeones mejor, no me extrañaría nada que esa idea fija que motivó al clan a superarse construyendo un monumento para la posteridad del calibre de Stonehenge fuese el fútbol u otro deporte de pelota, ser los champions league, tener un campo descomunal que dejase al del clan vecino a la altura del betún.

 (C) Alexei Talimonov

En este contexto, Cuchulainn habría sido el primer gran fichaje del Ulster, de ahí su nombre, Setanta (palo para jugar al hurling, camán), Conchobar el primer "míster" conocido, y el Táin Bó Cúailnge, la primera crónica de un partido. Leyéndola, no acabo de decidir si se trata de un encuentro deportivo descrito como una batalla campal, o al revés. Lo mismo sucede con la mítica batalla entre los Tuatha De Danaan y los Fomorios en el campo de Mag (Mag / Macha = majada) Tuireadh, que no se sabe si es un partido de hurling o una guerra, si estamos en un campo de batalla o en un campo de juego. Pero para el caso es lo mismo, pues deporte y guerra fueron de la mano en aquella época: Sport in the Making of Celtic Culture, de Grant Jarvie; Shillelagh: The Irish Fighting Stick, de John W. Hurley.


Tumba de un campeón irlandés, con su espada, pelota y esa especie de palo de golf llamado camán o setanta. Iglesia de Clonca, Donegal.

Respecto a la etimología de camán, es necesario resaltar que el bastón de los pastores (del cual se apropió la Iglesia para usarlo como báculo) se denominaba cambuta o cambuca, supongo que porque era curvo por arriba (celta *kambo = curvo), mientras que su extremo terminaba en pico o iba armado con una punta. El Instituto Pontificio parece estar de acuerdo en el parentesco entre camán y cambuta, por cierto que sus comentarios de la Biblia se editaron en la romana Piazza della Pilotta. Según las narraciones irlandesas, los camán de los héroes de estirpe real solían adornarse con filigranas de oro, justamente como varios "báculos" que han aparecido por toda Irlanda.

 Cambuta de Lismore, en el centro.

En la Bretaña francesa, y emparentado de todas las formas posibles con el hurling, existe el lacrosse o jeu de crosse (crosse = bastón de pastor, báculo); pero aquí se denomina horell a la bola que se lanza, impelida por un bastón curvado por su extremo (bazhig kamm = bastón curvo), mientras que en Irlanda el "horell" es el propio juego.

En Portugal tenemos el jogo da choca o jogo da reca, de la choca (chueca en España) o de la reca (recua en España) porque con él se representaba "a condução de uma vaca ou de uma reca para a corte". Nada es anecdótico en el estudio etnográfico. El motivo por el que se juega o se lucha en el  Táin Bó Cúailgne irlandés está descrito ya desde el principio en su título (El robo del toro de Cúailgne) y es el mismo que aparece en la choca portuguesa: la conducción a casa de la recua de vacas, robada por el clan o equipo contrario. El juego es, parece, la representación de una batalla mítica entre clanes neolíticos de pastores.

Y así es como Pedro de Menezes, el primer conde de Vila Real, se convierte en el Cuchulainn portugués: cuenta la leyenda que mientras jugaba a la choca con otros caballeros fue requerido con urgencia para combatir contra los moros, y armado de su aleu (bastón de lucha, camán, probablemente del latín malleum) dio buena cuenta del enemigo. La vieja etimología que relacionaba Lusitania con lusus (ludere, "jugar") no va tan desencaminada si la completamos con la identidad juego-combate; de "lusum" decía Plinio citando a Varrón, que ha de tener el mismo sentido que en "ludus Troiae" (guerra de Troya).

Siempre podremos darle a esta hipótesis de los cromlechs como palestra un tono más serio añadiendo que el hurling o la choca u otro juego de pelota, tal vez predecesor del fútbol, tuvo un carácter sagrado, como el juego-ritual de pelota mesoamericano en el que se cree que la pelota representaba al sol (por lo menos en Europa, la bola representa la recua de ganado): "these matches and games, played on special, sacred playing fields [está hablando de Tara], were part of a large social and cultural fabric, which infused and united Irish society" (Hurley, pg.88). Podremos adornarla con retórica (cierta) sobre el deporte como elemento identitario y de gran poder socializador, hablar de las olimpiadas griegas, o del atleta como héroe y guerrero. Pero en mi opinión no dejará de ser nada más, y nada menos, que fútbol, el opio del pueblo. Fútbol es fútbol, que decía Boskov.


(C) Claude Serre

Quede para la reflexión el nombre que recibe una estación megalítica del País Vasco, Pilotasoro, "juego de la pelota", que cuenta con un buen número de cromlechs para sus pelotaris. O el del cromlech de Eira das Meigas (Malpica de Bergantiños), llamado también Circo dos Xogos. Gimbutas, sin prueba alguna, pero es que a ella no le hacía falta darlas, afirmaba que los "megalithic henges, characteristic of Old European culture, were apparently built not as monuments to individual power but as community festival centres and meeting places, perhaps also as grounds and courses for sports and games' (La civilización de la diosa).

Los pueblos de pastores neolíticos dejaron sus bastones identitarios grabados profusamente en varios megalitos del noroeste de Francia, siendo el más conocido el caso de la Table des Marchands; en Portugal, se depositaron piezas votivas de pizarra en forma de báculo en las cámaras de los dólmenes. Es incuestionable que los pueblos constructores de los megalitos eran pueblos de pastores, por ello la pervivencia de su principal elemento identitario, el bastón o cayado, durante milenios (que enlaza el megalitismo con la celticidad atlántica) sugiere que la Teoría de la Continuidad desde el Paleolítico, propuesta por Alinei y otros autores, se aproxima bastante a lo que ocurrió en realidad. Los celtas no vinieron de fuera, ya estaban aquí.


Uno de los tres círculos líticos de The Hurlers, Craddok Moor (Cornualles). La tradición dice que son jugadores transformados en piedra, por jugar al hurling en el día del Señor.

2 comentarios:

Carlos Arias dijo...

Despístaste un pouco e aparecen catro estupendas achegas, algunha con comentarios moi interesantes dos seguidores.
Esta última, sobre o escondite e o fútbol na prehistoria, con manter o magnífico nivel, resúltame perigosa, desde o punto de vista persoal: como chegue isto a ouvidos das miñas fillas, xa me vexo labando pedra e carretando penedos para lles facer un campiño "coma os que ten todo o mundo".
Bicos

Andregoto Galíndez dijo...

Teño uns días de descanso, e váiseme moito a pinza. É unha achega perigosa non só polo do campiño para as nenas, tamén por caer nesas fantasías que critico as veces. Os prehistóricos xogando futeból supera aos neandertais cantando rap :D
Un bico Carlinhos