viernes, 23 de marzo de 2012

Santiago, el Chartres gallego

En la base de datos de Toponimia de Galicia aparecen varios lugares denominados Marmoiral o Marmoriais, así como un par de Mormeiral. En Portugal, asimismo, es un topónimo frecuente. Sobre ellos revisaremos el tema del arca marmorica que contenía, según dicen, los restos de Jacobo hijo del Zebedeo, o Santiago el Mayor. Los estudiosos que se han ocupado de este tipo de topónimos destacan la conexión directa de los mismos con tumbas o túmulos, o con algún tipo de monumento funerario conmemorativo, datados a lo largo de varias épocas, con lo que es difícil establecer a qué construcción se refería concretamente el término en cada momento. Llama la atención que en alguno de los casos hasta se recordaba a quién pertenecía:

- viam de Murmurais (año 1197)
- solebat andare caminum per Montizelos per unus mormorales qui sedent ibi (sin fecha). Los "montizelos" o mámoas apuntan a una necrópolis tumular
- ad pia do marmoiral (s. XIII). Aquí "pia" indica que el marmoiral era un conjunto de sepulcros antropomorfos tallados en la roca
- via veteris venit ad mormoriali domni Pelagii Truitosendiz (s. XIII)
- per marcos qui sunt positi in Marmorialibus et deinde per petram in qua est crux fixa (s. XIII)

Las explicaciones ofrecidas hasta la fecha van en dos direcciones principales, explicar el topónimo por el material con que estarían construidos, del latín marmoris, "mármol" (Rodríguez Colmenero), o por corrupción del latín memorialis, idea de tanto peso que ha acabado por traspasar el terreno de la mera hipótesis para sustituir en varios casos al topónimo y al nombre original.

Pero seguro que resulta aclaratorio para investigar su origen saber que en caló los términos mermóri y mnemóri designan una tumba, un sepulcro, lo mismo que el griego moderno mermourion. Y precisamente ninguno de ellos tiene nada que ver con el mármol, lo que nos conduce a cuestionar el material supuestamente mármoreo con el que, se cree, se construyó la tumba primitiva en que los discípulos depositaron el cuerpo del apóstol Santiago. Esa tumba sobre la que más tarde se construyó una catedral.

Así todas las referencias convienen en que Santiago estaba tumulatum o sepultum en un arca, que en el contexto galaico tiene el significado principal de "cista megalítica funeraria" (1). Por este motivo supongo que las fuentes históricas que describen su sepulcro utilizan léxico derivado de la raíz MERMOR-, "sepultura", para calificar al arca que contenía su cuerpo, con el objeto de indicar que sería una cista funeraria y así distinguirla de otros tipos de arcas.

Por otra parte, la existencia real de esta raíz MERMOR- en Galicia se comprueba con la conservación en la toponimia de la forma abundancial Marmoiral, "campo de túmulos, necrópolis".

En Santiago además tenemos el importante dato que proporciona la microtoponimia histórica del casco viejo, Porta da Mámoa, que indica que el área fue una necrópolis tumular; hecho refrendado por los significados de Compostela y Quintana, "cementerio". Esta Porta da Mámoa o de Susannis (del latín sursum, "arriba") abriría la ciudad al actual montecillo, más bien túmulo, de Santa Susana, bajo el cual se cree que hay otra cámara megalítica cristianizada con la capilla dedicada a la falsa advocación de Susana, motivada por el topónimo Susannis (Carro García, "Outeiro de Santa Susana, castro y mámoa de Santiago de Compostela").

El paso del tiempo y exégesis inadecuadas produjeron interpretaciones populares y pseudocultas de la frase arca marmorici, que operaron en la transmisión de los textos transformando sus elementos, el arca en arcos y el mermóri en mármol: "Teodomiro cavando e desmontando achou una casiña pequena de arcos de marmores" (2). Aunque sin perderse la idea fundamental de que su sepulcro fue una cista, casiña o casota, según denominaciones más recientes.

Santiago, el druida Prisciliano o vaya usted a saber quién, sepulto en su casiña megalítica sobre la cual se construyó una catedral, como suponía Louis Charpentier que sucedió con la de Chartres... Santiago, cuyos restos, según decían los caballeros cambeadores o campeadores (3), aparecieron en compañía de su báculo: "tiña a cabeza courtada e o bordón dentro". Y hasta resulta muy oportuno que el apóstol de la cabeza cortada acabase siendo venerado entre los celtas atlánticos.


Bordón o báculo de pizarra de contexto megalítico. Montemor-o-Novo, 4º al 3er. milenio a. C.
(C) Museo Nacional de Arqueología de Portugal.


La continuidad de la sacralidad de estos antiguos monumentos funerarios a lo largo del tiempo está muy extendida por todos los países de tradición megalítica, y origina curiosas mezclas eclécticas, como la conocida Capilla de la Santa Cruz de Cangas de Onís, construida sobre un dolmen, o la de los Sept Saints en Bretaña, cuya cripta es otro dolmen.

Bretaña: cripta de la iglesia de los Siete Santos, aunque se cuenten ocho en la imagen. (C) Ángel Facio.
(1) López Ferreiro, Las tradiciones populares acerca del sepulcro del apóstol Santiago, 1883. Este autor en su estudio sobre el sepulcro no acaba de reducir el arca a una cista a pesar de recoger entre las acepciones de la palabra arca en primer lugar la de cámara megalítica. Ni Celso García de la Riega: "al sepulcro de Santiago no pudo dársele el nombre de arca en semejante sentido".
(2) López Ferreiro, obra mencionada.
(3) Libro de la cofradía de los cambeadores

jueves, 22 de marzo de 2012

Pictas mouras

Grabado de De Bry, “The True Picture of a Women Picte,” originalmente publicado como ilustración del libro de Thomas Hariot A Briefe and True Report of the New Found Land of Virginia, 1588. El título, La verdadera imagen de una mujer picta, como se verá, no puede ser más falso.

Claudiano nos cuenta que su abuelo Honorio venció a los pictos, "Ille leves mauros nec falso nomine pictos edomuit" = "Él venció no a los pictos, como se les conoce por su nombre falso, sino a los moros claros". Estos versos a menudo se citan eliminando la referencia a los moros, y traduciendo mal el resto, como si el nombre de pictos no sólo no fuese falso sino adecuadísimo a su naturaleza:

"Claudius's statement that the Picts were 'nec falso nomine Pictos', 'not wrongly called the Painted People' [...]". Según Lewis Spence (History of Atlantis, 1926) Claudiano afirma que eran llamados muy acertadamente el pueblo pintado.

Sin embargo, por muchas vueltas que se le dé a la traducción del latín, queda meridianamente claro que el nombre de pictos es falso, no se corresponde con la realidad, y lo correcto es consideraralos "leves mauros", un poco negros.

La falsedad atribuida por Claudiano al nombre picto estriba, en mi opinión, en que se trata de un caso de homonimia en dos lenguas distintas, lo que se conoce como un falso amigo. Picto en latín significa "pintado", significado que no cuadra en absoluto con el de las formas británicas que nos han llegado através de documentos medievales para referirse a ellos, que designan a seres deformes (enanos, pigmeos, jorobados).
  • peohtes, peutes, peihtes, pehites, peghttes, peightes, peghtes = pigmeo, enano (Middle English Dictionary, Kuhn)
  • cruitineach = enano, jorobado.
La primera forma designa tanto al pueblo de los pictos como a los seres que habitan en el folklore escocés las ruinas de asentamientos similares a los de nuestros castros, poblados en nuestra imaginación por unos seres idénticos a esos leves mauros, los mouros. Se deduce de ella que la homonimia con el latín picto produjo este falso amigo con su significado de "pintado" y, a continuación, la justificación del mismo imaginando a este pueblo con el cuerpo coloreado.

La segunda forma es el nombre irlandés de los pictos y además tiene el sentido de "ser deforme, jorobado" (An Irish-English dictionary, O'Reilly).

A Rosalía de Castro le hacía reír lo que consideraba una paradoja: "risa dáme ese nome que levas, cal si a unha moura ben moura, branca lle oíse chamar". Pero es que antiguamente el aspecto físico o racial de la negritud oscilaba de la levedad a la intensidad, reflejándose con matices como ese "leves mauros", que encontramos más tarde en la descripción de la "moura branca per color e per nome Moreima" que vendió un judío a una tal Sancha Anes en 1368.

Es aproximadamente en el siglo XVI cuando la moda de la belleza rubia femenina se impone en Europa, y en España, hasta la actualidad; esta moda afectó incluso al folclore de mouros y pictos, en el que se sustituyó a sus bellas protagonistas morenas por el prototipo de belleza nórdica rubia y pálida:

"As mulheres que nos pareceram mais formosas foram as de Lisboa; posto que as castelhanas e outras hespanholas arrebiquem o rosto de branco e encarnado, para tornarem a pelle, que é algum tanto ou antes muito trigueira, mais alva e rosada, persuadidas de que todas as trigueiras são feias" (Viagem a Portugal dos cavaleiros Tron e Lippomani, 1580).

domingo, 18 de marzo de 2012

"Notícias de Barroso"

(C) Anxo Martínez de Alegría. Iluminación: Padre António Lourenço Fontes.
Sobre el personaje masculino se ha grabado un semicírculo que según Rodríguez Colmenero podría ser una vara o un látigo. Sobre el terreno, durante la sesión fotográfica, el Padre Fontes nos sugirió que podría tratarse de una representación de la bóveda celeste; de ser así, estaríamos ante la única representación conocida de la misma en el arte rupestre, nada proclive a integrar elementos del paisaje en sus composiciones.

Como si se tratara de un número apócrifo de la revista "Notícias de Barroso", editada por el Padre Fontes desde 1982, ofrecemos a los aficionados al arte rupestre esta magnífica fotografía nocturna de los grabados del Penedo do Matrimónio en Campo de Caparinho (Vilar de Perdizes, Portugal).

La situación de estos grabados al borde del río Azoreira o Assureira coincide con el límite fronterizo entre Portugal y Galicia que, en esta parte, corría a lo largo del río por delante de Vilar de Perdizes hasta llegar al pueblo mixto de Soutelinho, situado al sureste de Vilar de Perdizes. A partir de Soutelinho la frontera continuaba hacia el este por otros marcos, uno de los cuales se recoge en un documento del XIX como "Penedo dos Machados" (1); microtopónimo probablemente motivado por la presencia de grabados de armas de piedra pulimentada en este lugar.

Como se ha comprobado en varias ocasiones, para el amojonamiento a veces se aprovechaban elementos que destacaban en el paisaje, como túmulos o afloramientos pétreos con grabados, que ya en épocas anteriores habían sido utilizados como referencias para la delimitación territorial. Éste es el caso del Penedo do Matrimónio, en cuyo entorno se encuentran, además, un túmulo y un afloramiento de granito con varias cazoletas comunicadas por canales, de finalidad ritual.

(C) Ángel Facio.
Afloramiento de granito situado junto al túmulo y muy próximo al Penedo do Matrimónio
. En él se observan grabadas varias cazoletas comunicadas por canales.

Para un estudio detallado del conjunto del Penedo do Matrimónio, en particular de su datación por la panoplia de armas, y un análisis de otros conjuntos con representaciones humanas en el contexto galaico: Mário Varela Gomes, "A hierogámia do Penedo do Matrimónio", en Arqueologia e História, nº 56-57, 2004-2005, pg. 51-63.

 Mujer de Ughtasar (Armenia). (C) Anxo Martínez.

Antropomorfo del Valle de las Maravillas (Alpes Marítimos) con un arma junto a cada mano. Las armas aparecen también a ambos lados de los antropomorfos de Vilar de Perdizes.
(C) Anxo Martínez.

El tema central representado en el penedo de Vilar de Perdizes, las figuras humanas de brazos extendidos desproporcionadamente grandes con enormes manos abiertas y armas, tal vez realizando un gesto de aviso de no traspasar esos límites territoriales, aparecen para la misma época en los petroglifos de Ughtasar (Armenia) y en los del Valle de las Maravillas (Alpes Marítimos).

(1) Piedra de las Machadas, en la traducción española. Tratado de límites entre Portugal e Hespaña assignado en Lisboa, 1864.

jueves, 15 de marzo de 2012

El nemeton de Vilar de Perdizes

En principio, las perdices de la toponimia están todas bajo sospecha de ocultar otra personalidad bajo su inocente apariencia. Esto es así, como se han encargado de explicar varios autores, porque las aves, salvo raras excepciones, al no estar adscritas a un lugar permanentemente no tienen capacidad de originar toponimia, a no ser en algún caso especial en que no es tanto la propia ave sino el lugar de cría, si es habitual, el que motiva el nombre de lugar: Niñodaguia en Ourense (nido de águila).

Así, Galmés de Fuentes señala acerca de los topónimos asturianos Perdiz y Perdices que "tampoco sirven para designar accidentes geográficos las supuestas perdices de la toponimia, cuya extraordinaria movilidad conoce todo cazador, por lo que no sirven para caracterizar un lugar preciso" ("Toponimia asturiana y asociación etimológica", 1985). Este autor propone considerarlos topónimos derivados del latín petra, como Pedriz y Pedrizas, en los que se habría operado una transposición de consonantes, lo que parece una explicación muy razonable.En otro autor, Almeida Fernandes (Toponímia Portuguesa, 1997), se encuentran parecidas objeciones a la hipótesis de Pedro Machado sobre el topónimo luso Perdiz: "Como é que a ave, só ela, iria causar e conservar, o nome dun local?". Y propone como alternativa el poco fiable nombre de posesor Pêro Diz como origen del topónimo Perdiz (en singular), manteniendo en cambio para Vilar de Perdizes (en plural) la hipótesis de Machado, es decir, su relación directa con estas aves.

Una tercera opción que se expondrá ahora es la posible relación de Perdiz o Perdices / Perdizes con la toponimia del tipo Paraíso, frecuente en el noroeste peninsular.

El topónimo Paraíso y sus derivados (Paraísa, Paraisal) se encuentra en la documentación medieval bajo la forma latina paradisum, y según Cabeza Quiles (Toponimia de Galicia, 2008) "é un descendente semiculto do latín paradisum e este do grego παράδεισος, 'parque, paraíso', pero na acepción iránica de 'parque ou finca fechada', en alusión a grandes espazos murados".

  1. En la documentación del Monasterio de Sobrado: "per fluuium de Barcha et per arenam de Paradiso et per brion de Susano et per fluuius Malus" (año 1165), "arenam Paradisi" (en otros documentos de la misma época) Fuente: CODOLGA. Se trata de la donación de una propiedad próxima a Serantes (Ferrol). Sus límites se establecen mencionando varios lugares todavía fácilmente ubicables, como Brión o San Román de Doniños, y entre ellos este lugar de "arena de Paradiso", que podría corresponderse con el actual Perdiz, situado a medio camino de Santa María de Brión y A Graña.
  2. En la del Monasterio de Caaveiro: "vilar de Paradiso" (año 1235) Fuente: CODOLGA.
  3. En la de Oseira: "domnus Dominicus quondam abbas Vallis Paradisi" (año 1269) Fuente: CODOLGA.
La evolución de la forma paradisum a Paraíso es una de las vías posibles, con caída de la -d- intervocálica; la otra, con caída de la vocal pretónica, es la que originaría *Pardiso, y por apócope *Pardís / *Pardiz, forma de la que procederían, por etimología popular, los Perdiz y Perdizes de la toponimia.

Respecto a su concreto significado, Cabeza Quiles en mi opinión se queda algo corto al limitar la acepción a meras 'fincas fechadas' a modo de huertas, sobre todo cuando tenemos constancia de la existencia prerromana de nemetos consagrados a divinidades de la naturaleza, tan similares a los pairidaeza iranios o a los pardez armenios, espacios naturales recreados, jardines o parques sagrados. En este sentido, pienso que el término paradisum pudo haber sustituido a los prerromanos nemeton o lucus, y que tanto las formas toponímicas Paraíso como *Par(a)dis(o) --> Perdiz / Perdizes indican la presencia de antiguos nemetos.

Porque uno de estos nemetos se encuentra en el lugar que ocupa el altar al aire libre de Pena Escrita en Vilar de Perdizes, desde el cual se contempla un encuadre maravilloso de la eternidad en la figura del monte Larouco recortada contra el horizonte al fondo de la llanura. Larouco, deo maximo, dios supremo, como se encarga de puntualizar una de las aras encontrada en las proximidades.

Altar de Pena Escrita en Vilar de Perdizes. Nemeton con su preceptivo y único árbol en el paisaje sagrado con el monte Larouco al fondo. (C) Ángel Facio.
A pesar de que el nemeton celta todavía se suele identificar únicamente con un bosque, esas "sacris silvarum quas nimidas vocant" son, antes que selvas en el sentido actual de bosques, paisajes montañosos y agrestes, del latín silva, "montaña". El nemeton o el lucus es, por lo tanto, la naturaleza en estado puro, y es también, precisamente por ello, un paisaje sagrado que permite al ser humano trascender y experimentar algo mágico e indefinible que sólo puede transmitirse con un símil, el contacto con la eternidad, o si se prefiere, con la divinidad, que es lo mismo. Por supuesto que es en este contexto en el que habrá que entender el culto que los celtas rendían a los ríos, las fuentes, las piedras, los árboles, las cuevas y las montañas, idéntico al que se producía hasta hace no mucho en otras zonas de Europa (Bradley, An Archaeology of Natural Places, 2000).

domingo, 4 de marzo de 2012

Gringo viejo

El gringo viejo Ambrose Bierce.

En el diccionario de castellano de Terreros y Pando de 1787 se define la palabra gringo diciendo que "gringos llaman en Málaga a los extranjeros que tienen cierta especie de acento que los priva de una locución fácil y natural castellana, y en Madrid dan el mismo y por la misma causa con particularidad a los irlandeses".

Entre los gitanos irlandeses existe la casta de los gryengroes (gry-engro = [señores] de los caballos), que según algunos autores se dedicaba específicamente a la trata de caballos, y según otros eran caballeros, aristócratas, o ambas cosas: "so many of the gryengroes (horse-dealers), who form the aristocracy of the Romany race, have left England for America", "the gryengroes, or horse-dealers, of the class described in Borrow's books have been greatly depleted, particularly by emigration to the Western continent".

En esa emigración a América de los gitanos gryengros irlandeses es donde radica la clave del origen del término gringo, y su utilización por los colonos españoles establecidos en México para designar principalmente a los irlandeses, y luego por extensión a todo colono procedente de las Islas Británicas (gringuería). Se trataría, por lo tanto, de un préstamo del caló o romaní irlandés al español de América; de allí pasaría a España con los significados tardíos de "extranjero" e "inglés".

Aún así hay quien sugiere que la vieja canción irlandesa que cantaban los emigrantes, "Green grow the rushes in our emerald island", podría ser el origen del término gringo; de nuevo con Irlanda en el horizonte de la explicación. Aunque normalmente la explicación que se viene aceptando es la de Corominas, que remite el origen de gringo al español griego, en su acepción de "lengua ininteligible".