domingo, 30 de diciembre de 2012

A Magdalena

A Magdalena es el barrio que ocupa la tableta de chocolate del Ferrol Nuevo. Pero no vamos a mojarla en su tazón de cacao, ni a extendernos en consideraciones cristianas sobre un posible hagiotopónimo formado sobre el nombre de la pecadora María. A Magdalena, como era previsible, era antiguamente una madanela:

"nosa herdade dynsoa [...] a qal he enna friglesia de san giao de ferrol [...] item mays o agro da madanela [...] que e na dita friglesia"

Madanela, con 60 ocurrencias registradas en la base de datos de Toponimia de Galicia, 95 si contamos los topónimos Madalena en los que se ha operado transposición silábica, es diminutivo de meda, término con el que se designa principalmente al almiar, o montón de heno (medeiro). También se aplica a elevaciones del terreno (Cabezo da Meda) y  a túmulos megalíticos "usque in mamoa da meda" (año 1130). Estas medas o elevaciones solían utilizarse, por su visibilidad, como limes territorial. El sustantivo madanela es, por otra parte, como diminutivo de meda, "montón cónico", un candidato perfecto para explicar el nombre que reciben los dulces llamados madalenas.

Respecto al nombre Magdalena que tienen varias playas de Galicia (Cedeira, Cabanas), por el que me pregunta un conocido: todas ellas son, por supuesto, madanelas, formaciones dunares costeras que en otros lugares como Canarias o Portugal se conocen con otro derivado de meda, médano o médão.


sábado, 29 de diciembre de 2012

Caranza

(C) Instituto Geográfico Nacional de España. Cuadro de Esteiro y Astillero de Caranza en Ferrol. Francisco Coello, s. XIX.

Caranza, actualmente un barrio de Ferrol, aunque en la antigüedad era un coto dependiente del monasterio de San Martín de Xubia, es el único topónimo que existe en Galicia con esta forma.

"Cauto nostro de Carancia sive de Caranciola" (año 1132, documentación del monasterio de Xubia - CODOLGA).

En relación con la etimología romana propuesta para el topónimo Ferrol, el latín Foro Iulii, vamos a revisar la etimología de este topónimo único que se supone originado en la raíz prerromana *CAR-, "piedra". Su historia podría ser bien distinta, como la del numeral latino quadraginta, que ha originado toponimia en Francia como Quarante (Hérault), que se documenta en el año 902 como "S. Maria de vico Quadraginta", "Quarante" (961) o "Quaranta" (1168). Para Chouquer y Favory el topónimo Quarante podría tratarse de un vestigio de una centuriación romana: "los nombres de los ejes han dejado una huella en el topónimo Premier, situado en el primer decumano del catastro de Orange. Se puede igualmente proponer esta hipótesis para explicar el origen del topónimo Quarante" (Contribution à la recherche des cadastres antiques, 1980).

Otros autores consideran que el numeral quadraginta en la toponimia indica una unidad de medida agraria, o tal vez distancias, "quadraginta (millas, leguas)": "dans Iguerande nous reconnaissons «ad quaranta» ou «in quaranta » (forme vulgaire de «ad quadraginta») = à quarante (lieues)".

Existió una Quaranta en Valencia, cerca de Xérica, a la que Francisco Diago le atribuye haber sido una Quadraginta romana, por las cuarenta estatuas que una matrona romana había colocado sobre un arco para sepultura suya (Anales del Reino de Valencia, 1613).

Independienteme de que el numeral se refiera a una u otra idea, la propuesta toponímica resulta verosímil con la evolución de la raíz latina QUADR- en el ámbito de las lenguas romances: quadrum > carro / caire (menhir, hito), quadrupedia > corrupia, quadragesima > coresma, quadraginta > corenta / quaranta, etc.

Esta raíz QUADR- originó otro topónimo en Ferrol, pues designaba el lugar denominado Cuadro de Esteiro, inmediato a Caranza. Ambos topónimos se confirman recíprocamente; son dos formas yuxtapuestas con la misma etimología aunque con resultados divergentes, uno culto, con consevación del grupo KW, y otro propio del latín vulgar, con reducción KW > K. Desde el Cuadro de Esteiro (parte del Cuadro es hoy el descampado donde se hace la luminaria de San Juan, en Batallones) se descendía a la fuente de Fontelonga y a su muelle por una vía empedrada, probablemente romana, como la fuente, denominada La Calzada.



martes, 25 de diciembre de 2012

El Apalpador y los arúspices lusitanos

Decía Estrabón que los lusitanos tenían la antiquísima costumbre de examinar el vientre de los hombres, principalmente de sus enemigos, y extraer presagios de la inspección de los intestinos. También, "son dados a los sacrificios, y examinan las entrañas sin separarlas del cuerpo; se fijan además en las venas del costado, y adivinan palpando"; o "los lusitanos hacían sacrificios y examinaban las vísceras dentro del cuerpo, las venas y el pecho, palpando". Existen multitud de traducciones de Estrabón III 3, 6-7 y todas hacen referencia al palpamiento adivinatorio de las entrañas, que no se extraían.

Dos mil años después, en zonas aisladas de Galicia, en el límite con León, Taboada Chivite registra todavía el palpamiento, apalpadoiro o examen del vientre durante la última noche del año con el fin de adivinar el futuro; un residuo o versión atenuada de la hieroscopia lusitana que conocemos por Estrabón, en la que los sacerdotes o palpadores oficiaban sagis velantes (cubiertos por el sagum).

Telesforo, el proto-Apalpador o arúspice de Astorga oficiando cubierto con el sayo (Museo de León).

domingo, 23 de diciembre de 2012

Xente cativa

En algunas zonas de Galicia se clasifica a los mouros de la mitología del país en el grupo de la xente cativa. En contra de la opinión común, que aplica directamente la más generalizada acepción actual de cativo, "de pequeño tamaño", los mouros y en general la xente cativa no son seres diminutos. Cativo en gallego tuvo y mantiene una importantísima acepción relativa a la ruindad moral, a la mezquindad, si se quiere a la pequeñez de espíritu, que no de cuerpo; por lo que entender que en esta categoría se encuadran seres de pequeño tamaño corporal es un error.

Miserable, ruin, despreciable (Francisco Javier Rodríguez)
Persona miserable, cativo, tacaño, persona ruin (P. Sobreira, sub "baluro")

Además el gallego mantiene también la acepción original del término, "cautivo", del latín capere, "capturar".

Se da la circunstancia de que el italiano cattivo también conoce dos de las acepciones del gallego, "cautivo, malvado, malo", y esto podría ser por la estrecha relación entre el estado de cautivo, de preso, y la catadura moral del mismo: "nel mondo c'era molta gente buona, ma anche molta gente cattiva".

De todos modos, también podría aplicarse lo que dice Ullman: "en Séneca y en otros autores eclesiásticos del siglo IV (S. Jerónimo), captivus es empleado para designar a una persona dominada por sus pasiones, de donde el significado del italiano cattivo, 'malo'" (Introducción a la semántica francesa).

Por otra parte, el anglo-normando caitiff, "villano, sin moral, enemigo del cristianismo", nos acerca al carácter pagano o gentil de los mouros.

"Xente cativa" define, por lo tanto, la psique de los mouros, trazando en dos palabras su perfil psicológico. Es una brevísima pero contundente, como acostumbran a ser las observaciones del pueblo, etopeya de estos míticos personajes.

La acepción moral que estamos discutiendo todavía se conserva en alguna zona de Galicia: "Hay grados y formas de calumnia, como exponen en Puerto de Bares: 'Aquí es un delito grave cuando uno es embustero, el mentir. Uno que con sus mentiras causa daño al pueblo, es una cosa grave. Les llamamos xente cativa al que miente, al que no tiene formalidad'" (Carmelo Lisón Tolosana: Qué es ser hombre: Valores cívicos y valores conflictivos en la Galicia profunda).

domingo, 16 de diciembre de 2012

San Julián y el topónimo Ferrol

Una recopilación de las propuestas etimológicas sobre el topónimo Ferrol se encuentra disponible en el trabajo de Juan José Burgoa Ferrol y su topónimo a lo largo de la historia, publicado en el Anuario Brigantino de 2010. Pero en este breve apunte no vamos a analizarlas en detalle, me limitaré a decir que no hay certeza respecto a ninguna de las propuestas, ni siquiera sobre la más aceptada, que explica el nombre de nuestra ciudad por el del santo francés San Ferreol, obviando que el nombre de nuestro patrón es Julián.

Cabeza Quiles, aún siguiendo la idea de San Ferreol, considera que tanto los topónimos Ferrol como los Friol provienen del mismo étimo, y yo no puedo estar más de acuerdo. Así las cosas, solo falta, para completar la lista de propuestas de Burgoa, aplicarle a Friol la etimología clásica y ciertamente comprobada de los topónimos Friul / Friuli y Fréjus, Forum Iulii (1), y extrapolarla a los topónimos Ferrol. De este Julio, que no sé si sería César, provendrían, sin necesidad de recurrir a diásporas del monacato cluniacence, la advocación a San Julián de Ferrol, y a San Julián de Friol.

Aunque tal vez sean más adecuados los gentilicios derivados de los nombres de lugar denominados Forum Iulii, tal y como los documentados foroiulianis > foriulianis o foriulianensis, para explicar el nombre de nuestro patrón.

Prácticamente en todos los lugares denominados en la antigüedad Foro Julii se han creado, a modo de epónimos, falsas advocaciones a partir del nombre del lugar:

En la diócesis Forojuliense o Fréjus: oratorio a S. Ferreolo.
En Saint-Ferjeux, documentado como Ferrucio, Ferjuel, Ferjeu, Ferjeul, Ferreul, Feriol, Ferreoli: basílica a los santos mártires Ferreolus y Ferrucio, o Ferréol y Ferjeux. Se trata de una doble advocación creada a partir de dos de las evoluciones del topónimo Foro Julii.
En Besançon "in foro civitatis juxta capitolium" se encontraba la capilla a los santos Ferréol y Ferjeux.

 (C) bigmarta.blogspot.com.es, Ferrol. Barrio de la Magdalena. Peto de ánimas de la antigua iglesia de San Julián. Debido a la excavación del foso del arsenal, la primitiva iglesia "se desplomó" y fue demolida, salvándose esta interesante pieza.

(1) Carlos del Sol Mesa, Origen del nombre Friol (Celtiberia.net, 2006): "El Friol lucense, como el Friuli italiano, el Frejus francés y otros topónimos similares, procederían del latín Forum Iuli(i), donde el sustantivo forum equivale, más que a "plaza", a "ciudad"; así, Friol sería, en origen, "Ciudad de Julio"".

jueves, 6 de diciembre de 2012

Lagoas neolíticas de Galicia

 (C) Ángel Facio, 2008.

En la necrópolis megalítica de Pena Branca (As Ribeiras do Sor, Mañón), junto al dolmen de Forno dos Mouros y al borde del Camiño dos Arrieiros, se sitúa esta pequeña lagoa o dew pond realizada por el ser humano en tiempos remotos para la captación de rocío, lluvia o la escorrentía del agua superficial.

Fueron los hermanos Hubbard los que trataron en 1905, Neolithic Dew-ponds and Cattle-ways, el asunto de las lagunas artificiales para captación de rocío adscribiéndolas al Neolítico por su conexión con antiguos caminos naturales utilizados por los animales (cattle-tracks) y por su inmediatez a recintos neolíticos. Aquí comenzamos de forma fortuita a sospechar, en 2008, la antigüedad de estas obras hidráulicas que llamamos lagoas. En los comentarios a la entrada Necrópolis de Pena Branca de la web Celtiberia.net Siulrius Posvit relataba que su informante, Víctor Ramil, de O Freixo, las consideraba "construccións dos mouros", decía que el ganado de la zona las frecuentaba habitualmente para abrebar, y que había constatado que su base estaba formada de cuarzos y pizarras colocados sobre un suelo de restos vegetales carbonizados. Técnica constructiva similar a la de los dew ponds británicos, que utilizaban una capa de carbón compactada y otra de piedras para impearmeabilizar el suelo.

Lo que entonces me parecía un canal de captación que bajaba hasta la lagoa de Pena Branca, hoy, tras examinar el libro de los Hubbard me parecen los restos de un profundo cattle track, hollado por los animales durante cientos de años.


Las primeras menciones a estas construcciones datan de la Edad Media y a menudo se comprueba su ubicación liminar, junto a necrópolis de mámoas: "per suis terminis ubi inueneritis lacos anticos et mamolas" (Tumbo de Celanova).

Los frecuentes topónimos Lagoa, A Lagoa, Alagoa, As Lagoas, etc., que se encuentran por toda Galicia y Portugal, la mayor parte de las veces se refieren a estas pequeñas lagunas artificiales de montaña del tiempo de los mouros.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Carmen de Curuxeiras

En el Elucidario del Padre Santa Rosa de Viterbo se define curugeira como "poblado vil"; en el de Almeida encontramos parecida definición de corujeiro - curugeiro "povoação mesquinha". A pesar de su aparente relación con las curuxas o lechuzas, presente en la totalidad de los estudios sobre este tipo de topónimos, no hay relación alguna con ellas. Hemos de retrotraer su etimología al latín quadruvium, "cruce de caminos", origen de variadas formas romances como Carrouge (Suiza), Carouge (Suiza, med. Carrogium 1248), Codroip (Friul, Italia), Corrubio (Verona, Italia), o KARUBIUM (640) / QUAROBIE (1181) / QUAROBIO (1224) en diversos testimonios medievales de nuestros vecinos franceses. En el Du Cange en línea, la entrada QUARROGIUM explicita que “quadrivium significatur, a veteri Gallico Quarouge et Quarroge". Se trata por lo tanto de una evolución del grupo QUADR- hacia COR- / CARR-, y que está  atestiguada en gallego en los casos de quadragesima > coresma, y quadrum, "menhir, hito" > carro (cfr. el topónimo Carrofeito < quadrum fractum).

Coruxa o cruce de caminos tras el Castro de Rupiallo en San Sadurniño.
(C) Visor PBA de la Xunta, captura del 17/7/19.

No es extraño encontrar junto a topónimos del tipo Curuxeiras o Coruxo restos de antiguas calzadas romanas:  Barros Sivelo en Antigüedades de Galicia (Galiciana Digital, 1875, pg. 148) refiere un miliario junto al Curugeiras cercano a Braga.

El significado original de "cruce de caminos" o carrefour se especializó para designar asentamientos caracterizados por presentar un trazado viario laberíntico, compuesto de múltiples callejuelas estrechas. Así los caróggi o caruggi genoveses son barrios que presentan esta configuración en dédalo, la misma que el barrio de Ferrol Vello ante el Peirao de Curuxeiras.



(C) José Pardo en La Voz de Galicia. Ferrol Vello.

El barrio de la Magdalena de Ferrol, el Ferrol nuevo, es conocido por su trazado viario ilustrado: se trata de una cuadrícula formada por seis calles paralelas que se cortan por nueve calles transversales, lo que le da aspecto de tableta de chocolate. Junto a él, en el barrio de Ferrol Vello, pervive su antítesis: el desconocido y antiquísimo trazado de callejuelas, ese quadruvium o coruxo tan parecido a los caruggi genoveses, del castro costero que una vez se levantó allí, y que ha dejado huella en la microtoponimia en dos de los nombres de sus calles, la del Carmen de Curuxeiras y la del Castro. 

Respecto al topónimo Carmen, en la base de datos del CODOLGA hay un documento del monasterio de Pombeiro, del año 997, en que se aplica a una elevación de terreno, hecho que coincide con la topografía de Ferrol Vello, que se desarrolla en cuesta desde el nivel del mar hacia la cumbre de Canido: "vsque ad carmina quae dicunt Monte maior", lo que parece sustentar la hipótesis ligur de Hubschmid, karmo, "pico, cima", aunque hoy el ligurismo del siglo pasado haya sido sustituido por la teoría de la continuidad desde el paleolítico de Alinei, o bien por la suposición de una lengua común paleoeuropea.

Cerquido

Los límites de un territorio, convento o villa se designaban en latín medieval mediante el término circuitum, y a veces de la forma redundante "in toto gyro per circuitum". De este giro provienen los topónimos Xiro: Xiro da Rocha (Santiago), Os Xiros (Mondoñedo). Y es más que probable que del circuitum, empleado hasta la saciedad en los antiguos testimonios de amojonamiento, provengan los topónimos Cerquido y variantes como Cerqueda, o Cercido / Cerceda, con reducción kw-> k-.

En una delimitación del siglo X leemos que el amojonamiento de un territorio se llevaba a cabo siguiendo su circuito y utilizando como mojones las mámoas preexistentes; de esta forma el circuito (límite sagrado o pomerium de un territorio) motiva el nombre de una bouza situada en él: "et sexta archa in Bauza, que dicent Cerquitum, qui diuidet inter Trius et Parietes" (año 942, Tumbo de Sobrado).

La hipótesis tradicional viene defendiendo para todas las lenguas romances el origen de estos topónimos a partir del latín quercus, "roble", pero desde esta perspectiva la propuesta tradicional vendría a ser un caso más de falso fitotopónimo, producto de la etimología erudita.

jueves, 1 de noviembre de 2012

El ritual funerario del avexón

Murguía en su obra Galicia (1888) es el primero que se ocupa de estudiar el ritual funerario que Alfredo Brañas recogió en su poema "O Avellón" (1884); en parecidos términos, el estudio que mucho más tarde le dedica Fernando Alonso Romero, también vincula la ceremonia o danza del abellón con el carácter psicopompo de las abejas, realizando un estudio comparativo a nivel europeo sobre el tema de las abejas como portadoras del alma del difunto.

Durante el planto fúnebre las plañideras solían endechar (del latín indigitare), es decir, dirigir al difunto unos versos. En la obra de Murguía se recoge lo que sin duda es el último testimonio, en Galicia, de una endecha fúnebre, una antiquísima composición rimada que instintivamente llama la atención de nuestro historiador: "En la imprecación de la madre, se nota algo parecido a una antigua fórmula rimada, que sería curioso conocer por completo". Aunque a destiempo, vamos a satisfacer la curiosidad de Murguía inscribiendo su testimonio en el breve género de las endechas funerarias*. El testimonio que nos presenta el autor data aproximadamente de 1850 y se localiza en Santiago de Compostela: 

Castillo forte,
quen te matou?
Com' a ti s'atreveu a morte?

Alonso Romero en su estudio destaca que esta danza funeraria del abellón solo se conoce por el testimonio de Alfredo Brañas, lo que resulta bastante peculiar tratándose de una costumbre frecuente en la época... La explicación de esta rareza es que la danza del abellón que nos ha llegado por Brañas, es en realidad la rolda do avexón, sobre la cual hay bastantes más referencias porque es uno de los vástagos del tronco de la Santa Compaña, de la procesión o rolda que acompaña a los difuntos.

En primer lugar tenemos el testimonio de Sarmiento: "en Tuy y Pontevedra se llama a la fantasma o espectro de noche, avexón, esto es, la vision, v. g.: humha vision, á vixón, avixon ". Pensado, el comentarista y editor de Sarmiento, nos dice que "nada hay que oponer a la etimología. No parece haberse conservado en gallego pero sí en portugués donde hay avejão con idéntico sentido" (Catálogo de voces y frases de la lengua gallega)".

Vamos entonces al vecino Portugal, donde se encuentran las variantes abejão, avejão y abujão, que nada tienen que ver con abejas ni aves. La etimología, como ya había explicado Sarmiento, es el latín visionem, "visión, aparición, fantasma, espíritu", probablemente cruzado con el latín abusionem > abusão, "superstición", como señala Carolina Michaëlis de Vasconcelos para la variante abujão.

¿Qué era exactamente esa visión ligada a la muerte? Podemos hacernos una idea leyendo el estudio que Lisón Tolosana dedica a La Compaña, donde el autor recoge varios testimonios al respecto. Si alguien ha leído al Dr. Moody o ha experimentado una Experiencia Cercana a la Muerte supongo que compartirá conmigo, y con Rosso de Luna (El Tesoro de los Lagos de Somiedo), la idea de que el avexón o la visión galaica es una de ellas: el viaje nocturno en la caja-ataúd a través de un camino estrecho, un resplandor al fondo, la visión extracorpórea (el difunto que se ve a sí mismo, desde fuera y como espectador, muerto en el ataúd), la sensación de flotar en el aire, el grupo de gente que rodea el cuerpo del difunto murmurando... Absolutamente todo coincide.

Estas experiencias, universales por compartir una misma base neurológica, son narradas o sentidas de diferente forma según la base socio-cultural de las personas que las vivencian. Actualmente los testimonios recogidos por Moody suelen coincidir en interpretar estas sensaciones como si se tratara del viaje del alma, tras la muerte, a una especie de cielo poblado por los seres queridos, los ángeles y Dios. Es decir, la mayor parte de las veces la experiencia es filtrada por el tamiz socio-cultural religioso imperante.

Pero en Galicia, afortunadamente, no. Aquí el filtro que opera es el ancestral terror que nos provoca la muerte, nuestra muerte, y el ceremonial ligado a ella. Ellos son los protagonistas absolutos de una Near Death Experience aterradora, con un peso específico tan importante para la colectividad que se ha convertido en folklore identitario, alcanzado por méritos propios el primer puesto de la lista de las leyendas más espeluznantes de toda Europa.

Rolda do avexón en la película El bosque del lobo (1971), de Olea. Un buen principio para este día de difuntos (a partir del minuto 6:00).

* Dúas máis, anotadas por Bouza-Brey: "En Trado (Cortegada, Ourense) no pranto dos enterros chamábanlle a un Praza chea!, en Valongo decíanlle a outro Carro trunfante!" (ms. Arquivos de etnografía, folclore, lexicografía, etc. / recollidos por F. Bouza-Brey).

viernes, 12 de octubre de 2012

Otras Troyas

Dún Aengus, es decir, el palacio de Eneas (Inis Mór, Islas Aran, Irlanda), según un antiguo dibujo de un tal Maltuy o Moltuy. (C) Centro de Visitantes de Inis Mór.

"De clanna Huamoriis Aeneas & Conquovarus paulo ante Salvatoris adventum sub Mauda Connactiae regina floruerunt, ab hoc Dun-aengus ingens opus Lapidea sine Coemento supra altissimam maris crepidinem e vastae molis rupibus erectum adhuc extat in Aranna magna sinus Galviensis" (Roderic O'Flaherty, en su historia medio inventada, como tantas, Ogygia, 1685).

Aquí también tenemos nuestras Troyas, son los castelos que está estudiando Manuel Gago en su blog Capítulo 0, en la serie "Repúblicas de Homes Libres". Como el Dún Aengus irlandés, son ingentes obras de piedra sin cemento situadas en alturas escarpadas de la costa, vastas moles de piedra. El último que nos presenta es el impresionante castelo de la ínsula de Touriñán: O Castelo da Fin da Terra.

sábado, 6 de octubre de 2012

Lobadiz

El castro de Lobadiz (Ferrol) es un clásico castro costero en una pequeña península que sobresale separando la playa de Doniños de la pequeña cala de Lobadiz. Frente a él, a unos dos cables (400 m), están los dos islotes de As Gabeiras. Hace tiempo tuvo que ser un enclave similar al de Baroña y al de tantos otros cabicastros celtoatlánticos que han corrido mejor suerte. Cuenta una leyenda que había un puente que comunicaba el castro con As Gabeiras.

Hoy, el acceso al castro, de hecho concretamente el parapeto de entrada, se encuentra destrozado por las construcciones ilegales que se hiceron allí varios amigos del veraneo a pie de playa gratis, costumbre corriente en Ferrol, donde en 2010 se destaparon 125 chabolos irregulares en las playas del municipio. En el blog de fotografía de Juana Prieto Luna puede verse un reportaje gráfico de parte del castro con Las casetas de Lobadiz.

Volviendo al asunto del puente y del topónimo Lobadiz, en el mapa de A Coruña de Francisco Coello (1865) la punta del castro recibe el nombre de Punta Gabeiras o de Levadizo, y en la Historia de Ferrol de Montero Aróstegui (1859) se nos cuenta que el desembarco de los ingleses en 1800, aquel que desencadenó la Batalla de Doniños o de Brión (en la que, por cierto, los ferrolanos les vencimos), se realizó junto a la Punta Levadiza, frente a las islas Gabeiras. Puede que la historia del puente esté relacionado con esta denominación anterior, Punta de Levadizo o Levadiza, o puede que la leyenda del puente sea la versión costera de la frecuente leyenda de los túneles bajo los castros del interior.

Punta Gabeiras o de Levadizo según el mapa de Coello de A Coruña, 1865. (C) Instituto Geográfico Nacional de España.

Como es difícil sostener que había un puente de más de 400 m entre el castro y las islas, y mucho menos un puente levadizo, habrá que justificar el topónimo de otra forma. La alternancia de las formas Levadiza / Lobadiz, sugieren la base prerromana *LPT-, que es la misma base que se encuentra en el nombre del promontorio gallego citado por Ptolomeo como Lapatiacorum. De hecho hay quien lo situa por aquí: "A promontorio uero de Finibus Terrae usque ad sequens promontorium quod Prioris apellant et antiquitus Lapatiacorum seu Trileucum [...] miliaria XC" = Desde el cabo Fisterra hasta el siguiente cabo que se denomina Prior, que los antiguos llamaban Lapatiacorum o Trileucum hay 90 millas" (Paralipomenon Hispaniae, de Juan Margarit, s. XV). Trileucum podría venir de su forma triple, con los tres cabos de Prioriño, Prior, y en medio el pequeño promontorio de San Xurxo da Mariña, donde se sitúa, a su vez el cabicastro de Lobadiz.

viernes, 28 de septiembre de 2012

El ídolo de Barxacova

Composición de piedras que crea la forma de un ídolo antropomorfo con boina. Se localiza en el fondo de una de las sepulturas excavadas recientemente en la necrópolis de San Vitorio, San Lourenzo de Barxacova (Ourense). (C) Ángel Facio.

Antonio Blanco Freixeiro se fijó en que en la necrópolis de A Lanzada con frecuencia la cabeza del difunto reposaba o se disponía sobre un ímbrice, pero no encontró más paralelismos en Galicia; sí localizó una necrópolis del Mediodía de Francia en la que se disponía la cabeza del difunto sobre una tuile creuse, que, como las de A Lanzada, parecía funcionar como almohada de piedra.

En Barxacova se trasciende la función de mero soporte a modo de lecho pétreo del difunto, ya que la disposición de las piedras recrea, como decíamos, una figura antropomorfa.

Uno de los ídolos con boina de El Soldán. (C) Herederos de García Bellido.

Tres ídolos semejantes aunque de bulto redondo fueron recogidos por Julio Carro en 1933 en la necrópolis del Soldán, unas tumbas de un camino al norte del municipio de Santa Colomba de Somoza (Maragatería, León). Uno de ellos está expuesto en el Museo Etnográfico Provincial de León, catalogado con el nombre de ídolo de La Somoza, aunque su apelativo es "Etni".


Tumbas de la supuesta necrópolis púnica, tal vez columbario romano, tal vez cualquier otra tipología a la cual adscribirla, del Soldán. (C) Ángel Facio, 2008.

Se desconoce por completo la función de los tres ídolos del Soldán, o el motivo de su colocación en las tumbas. Tomás Mañanes, en el Catálogo de la Exposición de Las Edades del Hombre (Astorga, 2000), sugirió una relación de estos ídolos de La Somoza con los lares viales o los manes, y por ello les atribuyó una cronología romana, aunque dentro de la religión popular rural, fuera del culto oficial urbano (fuente: ficha de Etni, Museo Etnográfico Provincial de León).

El tocado de ambos llama la atención por su parecido con la boina de nuestros paisanos, prenda o complemento cuyo origen tal vez sea más remoto de lo que se creía.

Más información sobre la importante necrópolis de Barxacova:

Blog oficial de las excavaciones: San Vítor de Barxacova
Artículo del blog Capítulo 0: San Vítor de Barxacova. Os baleiros habitados

Milton en Nemancos

Mapa de Gallaecia Regnum, Mercator (ca. 1611). (C) Instituto Geográfico Nacional de España.

El territorio de Nemancos, antiquísimo arciprestazgo de la diócesis de Santiago de Compostela, trajo de cabeza a los eruditos ingleses durante un tiempo, un tiempo en que no existían Internet, Google, ni la cartografía digital a disposición de cualquier curioso, y la colaboración tenía que hacerse a golpe de correspondencia: "I shall be very thankful to any of your Miltonic correspondents who may illustrate the line in Milton's Lycidas, "Looks towards Namancos or Bayona's hold" by suggesting what place in Spain Milton intended by Namancos" (The Gentleman's Magazine, volumen 70.I, 1800).

Milton, el famoso poeta inglés, escribió unos versos a la muerte de su amigo el capitán King, fallecido en un naufragio en 1637 cuando regresaba a Gales. A vuelo de ángel contempla el océano en su búsqueda e imagina que tal vez esté:
Sleep'st by the fable of Bellerus old,
Where the great vision of the guarded Mount
Looks toward Namancos and Bayona's hold;
 (Lycidas)

[Dormido por la fábula del viejo Bellerus, donde la gran mole del monte vigía mira hacia Namancos y la fortaleza de Bayona].

Nadie en aquella época conocía Namancos o Nemancos, y hubo quien sugirió que la búsqueda se realizaba entre Numancia y la Bayona francesa, a lo que se opusieron voces autorizadas aludiendo al carácter interior, no costero, de Numancia, incompatible con naufragios. La consulta de un atlas de Mercator de la época de Milton, donde se observaron claramente Namancos y Bayona, resolvió el problema situando la inspección del ángel en las costas de Galicia. Así, Milton retomaba la mítica relación entre los finisterres atlánticos, puesto que el ángel inspector remontaba su vuelo, según se cree, desde el monte Saint Michael de Cornualles.

Por mi parte yo me inclino a pensar que el monte vigía que mira hacia Namancos y Bayona, uno de los lugares posibles del naufragio de su amigo (sino el más probable), es el monte y promontorio del cabo Finisterre gallego, en la Costa da Morte. No entiendo que haya en el segundo verso, "Where the great vision of the guarded Mount", una alusión velada a ninguna aparición del arcángel San Miguel en alguno de los dos montes Saint Michael, desde donde contemplaría las costas de Galicia.

Situado Nemancos en su sitio, queda Bayona. Es posible que Milton no consultase solo un Mercator, sino también una guía de navegación. En Le petite flambeau de la mer, ou la veritable guide des pilotes cotiers, aunque posterior, se lee que Corcubión se denominaba fuera de aquí y en 1763 Baye de Corcovion o Corco-Bayona, la bahía de Cork (irlandés corcaigh, "marisma").